MANEJO DEL PREPARTO EN LA PERRA
Establecer un protocolo para el seguimiento del crecimiento fetal desde un mes antes del parto para asegurar la viabilidad fetal y la posibilidad de desarrollar un parto eutócico.
Una vez que se ha establecido la fase gestacional en la perra, se debe preparar el final de la gestación por medio de estudios radiográficos y de ultrasonido que permite asegurar el estado de viabilidad en que se encuentran los fetos antes del parto.
Los estudios radiográficos en razas grandes son alrededor del día 55 y para medianas y pequeñas el día 60.
A partir de la mineralización del feto que ocurre entre el día 40 y 45 (promedio 42), permite observar el numero de cachorros, viabilidad de los cachorros y medir el diámetro céfalo-pélvico. Es recomendable realizarla entre el día 55 al 60 de gestación,
Los fetos muertos se pueden observar con colapso del esqueleto, perdida de posición fetal, hocico
abierto y gas alrededor del feto.
En los Rayos X se valora la posición fetal, se mide el diametro cefálico junto con el diámetro pélvico para determinar el paso de los fetos por el canal de parto.
Los latidos cardiacos se pueden distinguir mejor a los 25 días. Este método sirve para descartar patologías uterinas.
Los latidos promedio por minuto son de 175 a 189.
La temperatura normal de una perra gestante varía entre 38.5-39° C.
Conociendo el primer día del servicio o el pick de LH se programa la fecha del parto, 24 horas antes de la fecha probable de parto, es conveniente monitorear la temperatura de la perra ya que al notar un decenso de la misma se establecen las primeras contracciones y dilatación del cérvix.
Cuando inicia el stress fetal, suelen perder el apetito y manifiestan la actitud de hacer nido escarbando con las patas ya sea el suelo o su cama.
Como consecuencia de la baja de temperatura puede presentarse el reflejo del vómito.
Ante el inminente parto, se aprecia en los pezones secreción de leche
